Los Libros son mis ojos Mágicos
Hace mucho tiempo, en la antigua India
vivía un niño, Kapil. Le encantaba leer y también era muy curioso. Las
preguntas se arremolinaban en su cabeza. ¿Por qué era redondo el sol y
por qué cambiaba de forma la luna? ¿Por qué crecían tan altos los
árboles? ¿Por qué no se caían las estrellas del cielo?
Kapil buscaba las respuestas en los libros de hojas de palmera escritos por venerables sabios. Y leía todo libro que encontraba.
Un día, Kapil estaba entretenido leyendo
un libro. Su madre le entregó un paquete y le dijo: —Deja el libro y
lleva esta comida a tu padre. Con seguridad tiene mucha hambre.
Kapil se puso de pie con el libro en la
mano, tomó el paquete y salió de su casa. Siguió leyendo mientras
caminaba por el áspero sendero accidentado del bosque. De pronto,
tropezó con una piedra. Trastabilló y se cayó. Su pie comenzó a sangrar.
Kapil se levantó y siguió leyendo con la mirada fija en el libro. Una
vez más tropezó con una piedra y se dio de narices contra el suelo. En
esta ocasión se lastimó mucho más, pero el texto escrito en la hoja de
palmera le hizo olvidar su herida.
De pronto, un relámpago iluminó el bosque
y se escuchó una risa melodiosa. Kapil miró hacia arriba. Una hermosa
dama, vestida con un sari blanco y con la cabeza rodeada por un halo de
luz, le sonrió. La dama estaba sentada sobre un elegante cisne blanco.
Llevaba un rollo de pergamino luminoso en una mano y sostenía una veena
(instrumento musical de cuerdas) en otras dos de sus manos. Extendió su
cuarta mano hacia Kapil y le dijo: —Hijo mío, estoy impresionada por tu
sed de conocimiento. Te concederé un don. Dime, ¿cuál es tu deseo más
profundo?
Kapil parpadeó admirado. Saraswati, la
diosa del Conocimiento se encontraba frente a él. Con rapidez, el niño
unió las manos, hizo una reverencia y musitó: —Oh, diosa, por favor
concédeme un segundo par de ojos en los pies para que pueda leer
mientras camino.
—Así sea —lo bendijo la diosa. Tocó a Kapil en la cabeza y se esfumó entre las altas nubes.
Kapil miró hacia abajo. En sus pies
pestañeaba un segundo par de ojos. Dio un salto de alegría. Luego corrió
por el serpenteante sendero del bosque con la mirada fija en el libro
mientras sus pies lo guiaban.
Su amor por la lectura permitió a Kapil
crecer hasta transformarse en uno de los hombres más sabios de la India.
Era famoso a lo largo y a lo ancho del país por su profunda sabiduría.
También recibió otro nombre, Chakshupad, que en sánscrito significa
“aquel que tiene ojos en los pies”
No hay comentarios:
Publicar un comentario